
COLGADA DE UN PIE Y CON LA SANGRE EN LA CABEZA...
Estoy en esta posición porque así lo quiero. Yo corté las ramas. He librado mis manos del deseo de asir, de apropiarme de las cosas, de retener. Sin abandonar el mundo, me he retirado de él. Así podré encontrar la voluntad de entrar en el estado en que ya no hay voluntad. En que las palabras, las emociones, las relaciones, los deseos, las necesidades ya no atan. Para desligarme, he cortado todos los lazos, salvo el que me liga a la Consciencia.
Tengo la sensación de caer eternamente hacia mí misma. A través del laberinto de las palabras, me busco, soy la que piensa y no lo que es pensado. No soy los sentimientos, los observo desde una esfera intangible donde sólo hay paz. A una distancia infinita del río de los deseos, sólo conozco la indiferencia. No soy un cuerpo, sino quien lo habita...
Encuentro la acción candente en la infinita no-acción.
Atravieso el dolor para encontrar la fuerza del sacrificio. Poco a poco me deshago de lo que podríamos llamar "yo". Entro en mí misma incesantemente, como en un bosque encantado. Nada poseo, nada conozco,nada sé, nada quiero, nada puedo.
Sin embargo, universos enteros me recorren, me llenan de sus torbellinos y se van. Soy el cielo infinito que deja pasar las nubes. ¿Qué me queda? Una sola mirada, sin objeto, consciente de sí misma, haciendo de sí misma la última y máxima realidad. Entonces estallo en pura luz. Entonces me convierto en eje de una danza total...
A partir de ese momento soy el aire puro que expulsa las atmósferas viciadas...
El camino en pendiente por el que uno se desliza hacia arriba. En la viva luz que circula en la oscura sangre."
Tengo la sensación de caer eternamente hacia mí misma. A través del laberinto de las palabras, me busco, soy la que piensa y no lo que es pensado. No soy los sentimientos, los observo desde una esfera intangible donde sólo hay paz. A una distancia infinita del río de los deseos, sólo conozco la indiferencia. No soy un cuerpo, sino quien lo habita...
Encuentro la acción candente en la infinita no-acción.
Atravieso el dolor para encontrar la fuerza del sacrificio. Poco a poco me deshago de lo que podríamos llamar "yo". Entro en mí misma incesantemente, como en un bosque encantado. Nada poseo, nada conozco,nada sé, nada quiero, nada puedo.
Sin embargo, universos enteros me recorren, me llenan de sus torbellinos y se van. Soy el cielo infinito que deja pasar las nubes. ¿Qué me queda? Una sola mirada, sin objeto, consciente de sí misma, haciendo de sí misma la última y máxima realidad. Entonces estallo en pura luz. Entonces me convierto en eje de una danza total...
A partir de ese momento soy el aire puro que expulsa las atmósferas viciadas...
El camino en pendiente por el que uno se desliza hacia arriba. En la viva luz que circula en la oscura sangre."
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