Máquina voladora... instalada en el alzado vuelo imaginario... transplanetrio y humanamente concebido en el artificio de un vuelo acerado...
Máquina voladora... no la de Ícaro que cae al aproximarse al sol... no la del avión actual y tecnologizado... No... esa No..
Máquina voladora... la del vuelo seguro de los sueños que se alzan por sobre la inconstante naturaleza andreína...
Máquina voladora... la que eleva olas... lunas... estrellas... la que alza crepúsculos que no caen... sino que vuelan alzados por la ilógica gravedad hacia arriba...
Máquina voladora... la del mecanismo surrealista del sueño cumplido en el alzado grito volado, del volado canto nocturno...
Máquina voladora... del vuelo alto... bajo... medio... alto... Alto... ALTO... la del vuelo que no cesa hasta alcanzar la estrella pintada por el cielo...
Máquina voladora... la que soñaste en pleno plenilunio... la que voló al centro capital de tu alma... La que confesó que era posible la existencia de un mapa del justo aquí... que revela el volado camino que alza el alma al verdadero vuelo humano...
Humanamente volada... alada... amada... extiende el vuelo en su máquina voladora... que vuela segura por los siete cielos de su existencia, impregnando de significado, el sentido vuelo de su alma, que emocionada reconoce la bóveda celeste, del centro capital de su existencia...
Así reconoció cada parte de su íntima humanidad...