sábado, 19 de noviembre de 2011

Reencuentro



Acordaron encontrarse en el metro Universidad Católica.
Él esperaba que ella descendiera del enfilado armazón de fierro color celeste.
Sin embargo ella venía del exterior de la estación, por lo que pudo observar cómo él la esperaba e intentaba reconocerla de las multitudes que salían de las puertas de los distintos carros del bendito metro que debía traerla a su presente.
Entonces ella pensó: vale la pena el reencuentro con quien la esperaba como si los quince años que habían transcurrido, fueran tan sólo un par de meses.

1 comentario:

Nuria L. Yágüez dijo...

Un reencuentro siempre merece la pena, si la persona merece la pena, haya pasado el tiempo que haya pasado.